¡YA ES TIEMPO DE REGRESAR A CASA!

     Hija (o) mía (o), es tiempo de volver a casa. Has dado vueltas y vueltas...Has caminado mucho...
     Has corrido de un lugar a otro buscando a alguien que pueda llenar tu vacío. Has tratado de llenar tu vida de cosas "valiosas"  e "importantes", pero sigue ese vacío ahí.
     Esa sensación de soledad, a pesar de estar rodeada (o) de gente. A veces, sientes hasta coraje y pareciera que todos tienen la culpa de tu estado. Te dices: "Si tan solo...", "Si hubiese..." En fin...
     Pareciera que nunca se te ocurriría mirar al lugar correcto, al lugar donde encontrarás reposo, consuelo, comprensión y un profundo amor: ¡A Mí!
     ¿Por qué no regresas? Yo te recibo ahora mismo con los brazos abiertos.  
      Saldré corriendo a tu encuentro y me abrazaré a ti. ¡Sí! ¡Yo me abrazaré a ti porque anhelo tanto tu regreso!
     Conmigo te sentirás cómoda(o)  porque te amo y te recibiré como aquel padre que lleva mucho tiempo esperando el día en que su hija (o) regrese.
     Es tiempo. Solo mírame a mí y olvídate de lo demás.
     Te prometo mi Amor y Fidelidad. Mi ayuda, mi consejo. Te prometo mi paz. Yo mismo quitaré esa carga pesada que has cargado por tanto tiempo y quedarás liviana (o) otra vez, sin peso.
     Te prometo una nueva vida de gozo perpetuo; aún en medio de cualquier dificultad. Lo que parece imposible para ti, para mí nunca lo será.
     ¡Hija (o), te amo! ¡Te extraño! Te prometo mi protección, mi cuidado. Mi provisión.
     ¿Acaso no has escuchado que por amor a ti mi Hijo estuvo dispuesto a ir al Calvario? ¿Que estuvo dispuesto a morir como un bandido, como un maldito, torturado y humillado?
     Pero ni una sola gota de sangre de la que derramó por ti fue en vano.
     Sufrió, calló y fue manso para este día en que te llamo.
     Tendrás lo que nadie nunca te podrá ofrecer. Te pondré un anillo en tu mano como señal de mi Pacto. Ropas nuevas, sandalias y un nuevo cántico.
     ¡No te arrepentirás! ¡Ya no lo pienses más! ¡Es tiempo de volver a casa!