DEVOCIONAL DIARIO
miércoles, 20 de diciembre de 2017 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. (Lucas 2: 36-38) María y José fueron al templo a presentar a Jesús según la costumbre. Simeón, quien había esperado toda su vida por ese momento, pues el Espíritu Santo le había prometido que no moriría hasta no presenciarlo, fue movido al templo por el Espíritu Santo en ese mismo momento. ¡Y Simeón pudo tomar en sus manos al niño y profetizó sobre su vida, sobre la de su madre y el mundo, conforme el Espíritu le había revelado! Ana, se presentó a esa misma hora. ¿Casua