Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. (Juan 21: 20-25) Yazmín Díaz Torres ¡Qué bueno es el Señor! ¡Qué bueno es nuestro Amado Jesús! ¡Qué hermoso y delicado es el Espíritu Santo! Esta es una de las últimas palabras sobre las cuales el Espíritu Santo me dio convicción y, aunque acerca de todas ellas me gustaría escribir más, mi deber ahora es manifestar la idea tal y como la recibí sin un poco más y sin un poco menos. No importa cuánto tiempo llevemos sirviendo al Señor, mucho o poco. No importa el servicio, el llamado o ministerio en el cual le servimos. ...
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