PALABRA: ¡INMERSIÓN!
Hace poco me encontraba en un retiro. Cuando terminó, conversábamos
varias participantes de la importancia de mantener silencio en la presencia de
Dios para escuchar Su voz y de la práctica de ese silencio que permite
deleitarse en Su Presencia, nos ayuda a adorarle y a unirnos con Él en un solo
espíritu, entre otros beneficios.
Entonces dije: “Sí, es como cuando uno va a aprender una
lengua extranjera. En muchos casos se
utiliza lo que se conoce como inmersión total”.
Entonces, me retiré, pero seguía rondando esa idea en mi mente sin saber
exactamente por qué.
Al día siguiente,
sábado, decidí alquilar unas películas con mi hijo. Una de ellas fue sobre
extraterrestres titulada “The Arrival”. La historia presenta la llegada de 12
naves alrededor del planeta Tierra. Cada nación decide que es necesario
establecer comunicación con ellos y preguntarles: ¿Cuál era el propósito de su
visita?
En el intento,
requieren la ayuda de una profesora de idiomas para que establezca comunicación
con ellos. Finalmente, la especialista
en idiomas explica que era necesario enseñarles el idioma inglés a los
extraterrestres y que el mejor método para lograrlo era el de inmersión total.
Este es un método
real que parte de la teoría de que la mejor manera de aprender un idioma es
exponiéndote totalmente al mismo (inmersión) y relacionándote con personas cuya
lengua materna sea esa o con personas que lo dominen. Lo contrario sería, por
ejemplo, tratar de aprender inglés, pero hablando en español. ¡¿Comprende?!
Al día siguiente,
domingo, me encontraba observando la transmisión por satélite de un servicio
religioso de una reconocida iglesia en Oklahoma, Estados Unidos.
El pastor le contaba
a su iglesia que, en oración, le había preguntado al Señor cuál era el
acercamiento o la actitud que debían asumir frente a la campaña de siete días
que estaba próxima a comenzar.
El Señor le contestó
que el acercamiento debía ser de…, que la actitud que debían asumir en la
campaña era la de total inmersión en la
Palabra de Dios.
Al cabo de los siete
días de total inmersión en Su Palabra, las personas serían fortalecidas
significativamente en la fe y alcanzarían mayor conocimiento (acercamiento,
comunión, intimidad) de Él.
¡Inmersión!
¿Inmersión? ¡No lo podía creer! Ya era la tercera vez en tres días corridos en
los que se repetía esa palabra básicamente con la misma connotación.
Inmersión: sumersión,
zambullirse, hundimiento, baño. Zambullirse:
zamparse, irse a fondo, esconder, ocultar, cubrir.
Baño: ablución, lavado,
refrescamiento, chorreado, rociado, regado, ducha. Cubrir: envolver, abrigar, arropar, cobijar, resguardar, vestir,
revestir, forrar. Ablución: lavado,
aseo, purificación, depuración, bautismo.
Envolver: rodear, ceñir,
cercar. Abrigar: resguardar,
amparar, proteger, defender, auxiliar. Resguardar:
escudar.
¿Qué exactamente le
estaba pidiendo el Señor al pastor y a la iglesia? ¿Cuál es la actitud, el
acercamiento que deben asumir durante la campaña de siete días?
¿Qué en realidad
desea el Señor de mí, de nosotras con esta palabra? ¡Total inmersión en Su
Palabra! ¡Aleluya! ¡Me parece maravilloso!
¡Es una gran
invitación que sale del mismo corazón de Dios para acercarnos a Él por medio de
Su Palabra y el Espíritu Santo!
¡El Señor siempre
quiere acompañarnos, cuidarnos; manifestarnos Su amor, Su bondad, Su
misericordia y compasión!
¡Siempre quiere perdonarnos, limpiarnos, libertarnos,
sanarnos, restaurarnos, transformarnos, instruirnos, corregirnos!
¡Siempre quiere ser
el camino por el que caminemos, la puerta por la que entremos, la verdad que
nos ilumine, quiere darnos vida!
¡Quiere que lo
conozcamos profundamente! Siempre quiere revelarnos Sus misterios, compartir Su
Reino, ceñirnos a Su Verdad.
Quiere pastorearnos,
discipularnos y enviarnos.
Quiere que
crezcamos, fortalecernos y, a la vez, darnos descanso.
Y todo por medio de
Su Palabra y Su Santo Espíritu.
El apóstol Pablo
oraba siempre al Señor para que sus hermanos en Colosas crecieran en el
conocimiento y la revelación de Dios:
“(9) No cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento
de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
(10) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en
todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
(11) fortalecidos con todo poder,
conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
(12) con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz;
(13) el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
(14) en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados. (Colosenses 1: 9-14)
En la Carta a los Efesios, el apóstol Pablo da gracias al
Señor en todo momento por sus hermanos en Éfeso y les revela que siempre está
orando por ellos…
(17) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de sabiduría y de revelación en el
conocimiento de él,
(18) alumbrando los ojos de vuestro entendimiento,
para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
(19) y cual la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del
poder de su fuerza,
(20) la cual operó en Cristo, resucitándole
de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
(21) sobre todo principado y
autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este
siglo, sino también en el venidero;
(22) y sometió todas las cosas
bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
(23) la cual es su cuerpo, la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. (Efesios 1: 17-23)
ORACIÓN
Te ruego, Padre del
Cielo, que nos des cada vez más pasión por Tu Palabra.
Que por medio de Tu
Santo Espíritu nos abras el corazón para recibir la Verdad del Evangelio, para
que creamos, nos arrepintamos y nos convirtamos.
Te suplico, Padre, que cada encuentro con Tu Palabra sea
un encuentro íntimo Contigo y Tu Hijo
Jesucristo en unidad al Espíritu Santo.
Que en cada
encuentro con Tu Palabra seamos llenos del conocimiento de Tu Voluntad con
sabiduría e inteligencia espiritual.
Que en cada
encuentro con Tu Palabra seamos fortalecidas, inmersas en Tu poder para
alcanzar paciencia y serenidad.
Que en cada
encuentro con Tu Palabra seamos sumergidas en las aguas de Tu amor, Tu Paz y Tu
gozo.
Que cada encuentro
con Tu Palabra nos inunde nuestros corazones de agradecimiento por la herencia
de la que nos has hecho partícipes por medio de nuestra redención por la Sangre
de Cristo y del perdón de nuestros pecados.
Te pedimos que por
medio de Tu Palabra y la iluminación de Tu Espíritu seamos revestidas de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de Cristo.
Que en cada
encuentro con Tu Palabra sean alumbrados los ojos de nuestro entendimiento y nos
cobijemos bajo la esperanza a la que nos has llamado.
Queremos andar como
es digno de Ti. Anhelamos llevar mucho fruto en toda buena obra. Deseamos
seguir creciendo en el conocimiento de Ti a través de la Palabra.
Te lo pedimos, en el
Nombre de Tu Hijo Jesucristo. Amén.
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