LIBROS RECOMENDADDOS
“Para aquellos que están insatisfechos con su vida espiritual y desean hacer algo al respecto.”
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Si se identifica con esta necesidad, debe saber que este es el subtítulo de este libro. Si no ha tenido la oportunidad de leerlo, recomiendo que lo haga.
El texto resulta en una gran bendición, pues le permite al lector autoevaluarse, tomar decisiones, al ser su contenido el complemento de la lectura, meditación y estudio de la Palabra y de la búsqueda de la dirección y del consejo del Espíritu Santo.
Santidad, verdad y la presencia de Dios, es el título del libro de Francis Frangipane, que recomiendo.
El pastor Frangipane es el fundador de River of Life Ministries en Cedar Rapids, Iowa. Además de haber escrito varios libros más, es el director del Centro de formación A Imagen de Cristo (ICIT Español), una escuela ministerial (en línea) con una matrícula de estudiantes de más de 70 naciones.
Su pasión y oración es que los pastores y los intercesores sean formados a la imagen de Cristo, unidos ante Dios y que revelen el amor de Cristo en sus comunidades, en cada ciudad.
En su página www.inchristsimage.org puede encontrar mensajes y artículos gratuitos, entre muchos otros recursos que seguramente serán de edificación y el crecimiento espiritual personal, de su familia y ministerio.
El libro consta de siete partes; y cada una, de varios capítulos cortos, concentrados e impactantes… ¡Geniales!
Primera Parte: “El comienzo de la santidad”, se compone de cuatro capítulos: 1) La humildad precede a la santidad, 2) ¡Encuentre a Dios!, 3) La tienda de la reunión y 4) Dos cosas, solo dos cosas.
Segunda Parte: “El Espíritu de gracias”, consta de tres capítulos: 5) Cuando Cristo se revela, 6) “Nunca más recordaré sus pecados” y 7) Acercarse al Dios Santo.
Tercera Parte: “El poder de Dios en una vida santa”: 8) La santidad antecede al poder, 9) Mantener puro su camino, 10) El Espíritu Santo de verdad, 11) El arrepentimiento y el camino que Dios considera santo.
Cuarta Parte: “Huir de la falsedad”, que consta de los capítulos 12) Cuidado: Es fácil fingir el cristianismo, 13) Un corazón sin ídolos, 14) El ídolo del falso conocimiento.
Quinta Parte: “El dulce aroma del fruto santo”: 15) La santidad es un árbol cargado de frutos maduros, 16) El poder transformador de la verdadera santidad, 17) El camino de la santidad.
Sexta Parte: “El brillo de la santidad”: 18) Un lugar para su reposo, 19) La lámpara resplandeciente de la santidad, 20) El camino al lugar santo.
Séptima Parte: “Pureza de corazón”: 21) Pureza de corazón: Visión abierta, 22) La virgen concebirá un hijo, y Para cerrar (conclusión).
Lea algunos fragmentos del libro, convénzase y anímese a leerlo. Este no es un libro en el que se sentirá condenada, pues no es su objetivo.
Todo lo contrario, sentirá cuánto la ama el Señor y surgirá un profundo deseo de agradarle y consagrarse totalmente a Él.
Capítulo 1: “La humildad precede a la santidad”
· Por lo tanto, la santificación no comienza con reglas sino con el abandono del orgullo. La pureza comienza con nuestra negativa enérgica a ocultar el estado de nuestros corazones. Del descubrimiento de uno mismo proviene la humildad, y en la mansedumbre crece la verdadera santidad. (p. 3)
· ¿Qué podría ser más importante que encontrar a Dios? Tome un día, una semana o un mes y no haga otra cosa que buscarle, insista hasta que lo encuentre. Él ha prometido: “Me buscareis y me hallareis, porque me buscareis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29: 13). Encuentre a Dios y una vez lo tenga, decida vivir el resto de su vida buscando Su gloria. Cuando lo toque, algo cobrará vida en usted: algo eterno, ¡alguien Todopoderoso! En lugar de menospreciar a las personas, usted buscará exaltarlas. Morará en la presencia de Dios. Y usted será santo porque Él es santo. (p. 9)
Capítulo 3: “La tienda de la reunión”
· Hay ciertas ocasiones en las que Dios nos llama a salirnos de la rutina de nuestras vidas cotidianas. Son épocas en las que su único mandamiento es: “Buscad mi rostro”. (p. 10)
· Sin embargo, aquí no estamos buscando a Dios por las cosas o ni siquiera por las personas. Estamos buscando a Dios por sí mismo. (p. 10-11)
· Dios tiene más para nosotros que meramente convertirnos en gente mejor; Él quiere inundar nuestras vidas con el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos. (p. 12)
Capítulo 4: “Dos cosas, solo dos cosas”
· No hay condenación para el corazón honesto, ni castigo. Solo tenemos que arrepentirnos y confesar nuestros pecados para que estos sean perdonados y limpiados, si amamos la verdad seremos librados del pecado y del autoengaño. De hecho, necesitamos conocer dos cosas y solo dos cosas: el corazón de Dios en Cristo y nuestros corazones bajo la luz de Cristo. (p. 22)
Si estás pensando que el libro no te atrae, que no necesitas leerlo porque ya todo esto lo sabes y lo practicas, sería bueno que lo reconsideraras.
A lo mejor, pienses que no necesitas leerlo porque llevas mucho tiempo sirviéndole al Señor, quizá porque has estudiado mucho, porque eres apóstol, profeta, evangelista, pastora, maestra. Tal vez perteneces a un ministerio de la iglesia.
Incluso, porque la Palabra de Dios dice que somos santos, justos. ¡Es cierto!, pero no es menos cierto que esto se debe a que Dios nos ve de forma distinta, Él nos ve ya completos y perfectos, ve Su obra perfeccionada.
Sin embargo, una vez aceptamos la invitación del Señor y somos salvos, justificados, comienza un proceso de regeneración, de transformación, de santificación que no termina hasta que morimos.
El Señor es Grande, Infinito y nunca dejamos de aprender a conocerle. Siempre hay más en Él, más en nuestra relación o comunión con Él.
¿En serio crees que eso que conoce es todo lo que Dios es? ¿Eso es todo lo que puede acercarte a Él? ¿Es todo lo que Dios tiene para ti? ¿Es todo lo que puedes hacer en Él y a través de Él?
Sé que todas somos distintas, pero como hijas de Dios, también somos iguales. Tenemos la misma naturaleza pecaminosa. Fuimos redimidas por Cristo. Así, fuimos convertidas en hijas del mismo Padre y herederas de la misma herencia (valga la redundancia).
Lo único que nos hace distintas es nuestra respuesta a Su llamado. Nos hace distintas nuestra hambre y sed de Dios. Nuestra decisión de dejar todo lo que el mundo nos ofrece para seguirlo a Él. Nuestro sincero deseo y determinación de amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todo nuestro ser. Nuestro deseo de agradarle solo a Él. De obedecerle y aceptar Su voluntad, con la ayuda de Su gracia.
¡Claro!, nada sustituye la Palabra de Dios, nada sustituye la enseñanza, la dirección, la corrección, el consuelo, la fortaleza, la fe, el “conocimiento” de Dios, y su acción y poder, entre otras cosas, que las Sagradas Escrituras nos ofrecen.
¡Esforcémonos siempre por acercarnos a la Palabra con un corazón sincero, contrito y humillado! Con un corazón arrepentido, deseoso de ser transformado por la Palabra de Dios, por el poder del Espíritu Santo y por Su gracia.
No obstante, será un gran beneficio para todas nosotras la la reflexión y la autoevaluación a la que nos encamina el texto recomendado.
Puedes conseguir el libro en las librerías cristianas o a través de la aplicación “Kindle” de Amazon (puede descargar gratuitamente la aplicación a su celular, tableta o IPad).
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