EXHORTACION: ¡TE HE RECONCILIADO!


“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado…”(Colosenses 1: 21, RV)
“(21) Eso los incluye a ustedes, que antes estaban lejos de Dios. Eran sus enemigos, estaban separados de él por sus malos pensamientos y acciones;…”
(Colosenses 1: 21, NTV)

Yazmin Diaz Torres
          “Erais”, verbo en pasado. Es decir, “ustedes eran”, “ustedes fueron”, "yo fui", lo que simplemente denota que ya ustedes no lo son, que ya tú no lo eres, que ya nosotros no lo somos. 
“Éramos” enemigos de Dios. ¡Pasado! "Éramos" extraños a Él.  ¡Pasado! “Fuimos" enemigos de Dios.  ¡Pasado! “Hicimos” malas obras. ¡Pasado!
            El texto insiste en establecer dos tiempos distintos. Insiste en hacer una importante diferencia acerca de nuestro estado, de nuestra condición en dos tiempos distintos: antes, en el pasado; y ahora, en el presente. Antes y después. Pasado y Presente.
            Dios es muy bueno con el tiempo. ¡Él lo creó! ¿Por qué será tan difícil para nosotros comprenderlo?
            Yo fui enemiga o enemigo de Dios. ¡Pasado! Yo estuve lejos de Dios. ¡Pasado!  Yo estuve separada o separado de Dios. ¡Pasado! Yo cometí malas obras. ¡Pasado!


¡Ya pasó!  ¡Ahora es distinto! ¡Es un tiempo distinto y mi relación, mi estado, mi condición con y en Cristo son distintos!

¡Qué gran alivio! ¿Verdad? ¿No te dan deseos de agradecer, alabar y adorar al Señor por Su tan enorme amor y misericordia para con nosotros, para contigo?
            Para entender estos dos tiempos ni siquiera hay que aprender cuál es el horario, el minutero y el segundero, ni siquiera hay que aprender a leer el reloj.
Lo que hay que hacer es escudriñar Su Palabra y conocer, entender lo que Cristo hizo por nosotros. ¡Entiéndelo!
 Lo que hay que hacer es creerlo. ¡Créelo! Lo que hay que hacer es aceptarlo. ¡Acéptalo!  Lo que hay que hacer es vivir en el estado en el que nos encontramos ahora. ¡Vívelo!  Lo que hay que hacer es decidirlo. ¡Decídelo!
 ¡Ahora estás reconciliada o reconciliado con Dios!  ¡Ahora eres amiga o amigo de Dios!
 ¡Ahora vives cerca de Él! ¡Ahora estás unida o unido a Él! ¡Atada o atado a Su Presencia!
¡Ahora haces las buenas obras para las que te llamó!  ¡Aleluya!  Así lo dice Su Palabra:
“…ahora os ha reconciliado” (Col. 1: 21, RV)

“…pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia…”
(Col 1: 23a, NTV)


Padre bueno, te doy gracias por Tu Hijo Jesucristo, mi Señor y Salvador. ¡Mi Redentor!
Gracias, Jesús, por Tu sacrificio en la Cruz del Calvario, por Tu Pasión y Muerte a la que fuiste voluntariamente, en obediencia y amor al Padre y en inmenso amor por mí.
Gracias, porque a través de Tu sacrificio, me reconciliaste con el Padre, así como reconciliaste Contigo todas las cosas, las de la tierra y las del cielo.
Gracias, porque ahora estamos juntos, porque ahora vives dentro de mí. Ahora vivo en Tu Presencia por medio de Tu Santo Espíritu.
Gracias, Espíritu Santo, porque ahora habitas en mí, te posas sobre mí y me permites hacer las buenas obras a las que me llamaste a través de Ti.
Gracias porque vivo unida todo el tiempo a Ti. Gracias por llevarme a la Verdad, por enseñarme todas las cosas y por recordármelas por medio de Tu Palabra y de Ti.
De ahora en adelante, no viviré más en el pasado. Ahora, viviré  en el presente, según Tu tiempo, de acuerdo a Tu reloj.
De ahora en adelante, aceptaré Tu amistad, seremos amigos. Tú serás mi amigo y yo seré Tu amiga (o). Reconciliada, reconciliado por Tu Amor.
¡En el Nombre de Jesús! ¡Amén!




Comentarios

Entradas más populares de este blog

¡PÉSCALOS CON TU ORACIÓN!

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. (Juan 5: 5)